Precisamente, se cree que la entrada en Europa de la avispa asiática, cuyo hábitat natural se sitúa en China, en el norte de la India e Indonesia, se produjo a través de un cargamento de madera que fue desembarcado en 2004 en el puerto galo de Burdeos.

La avispa velutina es un insecto de color oscuro, tiene el tórax y el abdomen prácticamente negro, excepto el cuarto segmento amarillo. Las patas son de color marrón con esquinas amarillas. Las reinas llegan a medir 40 milímetros, aunque el resto de ejemplares son menores y sólo alcanzan los 30 milímetros, una envergadura sensiblemente superior a la de sus presas.

Las abejas europeas se encuentran indefensas ante este depredador que, según aclara el técnico de la Diputación de Guipúzcoa Juan Luis Korkostegi, llega a atemorizar con su sola presencia a toda una colmena hasta el punto de que las obreras no se atreven a salir y, faltar el alimento, enferman y mueren de debilidad.

La técnica de caza de los ejemplares invasores, que pueden constituir colonias de hasta 1.500 individuos, consiste en esperar ante las colmenas el retorno de las abejas cargadas de polen, para capturarlas, cortarla cabeza, patas y aguijón, y trasladarlas propios nidos, unas grandes estructuras de celulosa con forma de pelota, que hacen a las copas de los árboles.

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Fuentes: El mundo

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