La Varroosis continúa siendo la enfermedad de las abejas de mayor impacto y dispersión mundial. Se sabe que el daño causado por varroa es un factor crucial para las pérdidas de colonias. Debido a esto es esencial mantener esta parasitosis por debajo de umbrales que causen un impacto negativo o daño económico para lo cual generalmente es necesario el uso de tratamiento acaricidas.
08 de Marzo de 2019
Artículo de divulgación
Autores
Natalia Veronica BULACIO CAGNOLO, Graciela Adriana RODRIGUEZ, Emilio FIGINI - Facultad de Ciencias Veterinarias UNICEN, María Alejandra PALACIO, Jorge Alejandro BARRETO
Unidades
E.E.A. Rafaela, E.E.A. Hilario Ascasubi, E.E.A. Balcarce, E.E.A. Cuenca del Salado
Proyectos
Apicultura, Investigación, desarrollo tecnológico e innovación para la mejora de la competitividad de la cadena apícola., Estrategias multidisciplinarias para mitigar el efecto del nuevo contexto ambiental y productivo sobre la colmena., Innovación para el desarrollo equitativo del sector apícola, Gestión de la Innovación apícola como aporte al desarrollo territorial
Las pérdidas anuales de colmenas de abejas melíferas en Latinoamérica y el Caribe variaron entre un 12,6%, en Ecuador y Perú, y un 56,1% en Chile. Para Argentina fue, aproximadamente, un 34% (Requier y col., 2018). Se desconoce si actualmente existen registros sobre las pérdidas que produce esta parasitosis en nuestro país, pero se estima que el daño económico que genera es millonario.
En 2018, se publicaron algunas recomendaciones sobre el monitoreo y control de varroa a fines de temporada (https://inta.gob.ar/noticias/%C2%A1alerta-monitoreo-de-varroa) que cobran vigencia a la luz de una reciente publicación del Dr. Samuel Ramsey y sus colaboradores (Universidad de Maryland, 2019). Ellos demostraron que el principal recurso alimenticio de este parásito son los cuerpos grasos, no la hemolinfa, lo que explica las graves consecuencias que tiene esta parasitosis, al afectar a un órgano vital en el metabolismo de las abejas.
¿Qué es un cuerpo graso?
El cuerpo graso es una gran “maquinaria” de biosíntesis y actividad metabólica. Allí se sintetizan y almacenan las reservas energéticas (lípidos y glicógeno) y proteicas, que serán redistribuidas según las necesidades de las abejas.
El tejido corporal graso también desempeña un papel crucial en la desintoxicación de pesticidas, al absorber y “secuestrar” una amplia gama de xenobióticos, evitando así que se unan al sitio de acción de los pesticidas y causen daños.
Abdomen de una abeja obrera abierto longitudinalmente, se puede observar las masas de tejido graso de color blanco.
Fuente: Ramsey 2018
Otras funciones importantes del cuerpo graso, es facilitar la metamorfosis, regular el metabolismo y desempeñar un papel integral en la termorregulación.
Es así que posee múltiples funciones metabólicas, que varían de acuerdo a la necesidad de las abejas durante su desarrollo, pudiendo además integrar señales de otros órganos.
Al ser este tejido el órgano principal de reserva su deterioro repercute directamente en la vitalidad de las abejas. Reduce la disponibilidad de energía obstaculizando su capacidad para producir péptidos antimicrobianos, siendo crítico en la respuesta inmune.
También se esperaría que el tejido graso dañado se vea imposibilitado de producir lipoforinas y precursores de cera, de gran importancia para mantener la impermeabilidad alrededor del cuerpo, lo que evita la evaporación de agua y posterior desecación de las abejas.
Por otro lado, un daño importante en este tejido, en los estadios tempranos de desarrollo, sería irreparable. Incapacitaría a los adultos para el almacenamiento de proteína o la síntesis de lípidos, aun consumiendo polen luego de su nacimiento. Además, los indicadores de longevidad en estas abejas se alteran, afectando sustancialmente la vida de las abejas de invierno.
Estas son las razones por las que es importante que la colmena pase por al menos dos ciclos de cría sin varroa. Para que las abejas sobrevivan el período invernal saludables con buenas reservas en su cuerpo graso, y con capacidad para criar a las primeras larvas post-invernales.
Control de Varroa
Durante mucho tiempo, al momento de hablar del control de este parásito, sólo se hacía referencia al acaricida que se aplicaría. En un primer momento esto pareció ser suficiente pero, con el correr del tiempo, el problema se fue tornando más complejo.
Un abordaje integral de la problemática fue necesario para entender que sería necesario convivir con varroa en un porcentaje que no causara daño a las colmenas.
¿Cómo se logra?, con una estrategia de manejo integrado de la parasitosis. Con el monitoreo en los momentos críticos del ciclo de producción, y no sólo con la aplicación de productos acaricidas. De esta manera se minimizará las pérdidas ocasionadas por el ácaro.
Por lo tanto, aquí se presentan las principales prácticas que permitirán llevar a cabo un manejo integrado de la Varroosis:
Comprensión de las curvas de floración de la zona de ubicación de los apiarios
Monitoreos en momentos críticos (Ej.: Post- cosecha, inicio de temporada, etc.)
Obtención de valores de referencia para tomar determinaciones sanitarias
Disminución de su aplicación y rotación de acaricidas de síntesis.
Incorporación de acaricidas orgánicos a las estrategias de control
Aplicación coordinada de un plan sanitario zonal
Incorporación de genética con alto comportamiento higiénico y/o genética tolerante al parásito
Recambio de reinas al menos cada dos años
Recambio de cuadros viejos
Alimentación estratégica
Implementar, de manera aislada, las distintas prácticas que existen para el manejo de varroa, no asegurará el éxito en el control de esta parasitosis.
Considerando la nueva información que muestra que los cuerpos grasos son el recurso alimenticio de varroa, la investigación de esta vía, como una estrategia en la administración de acaricida, puede ser posible sólo si los mismos son tolerables para las abejas, y pueden incorporarse mediante su alimentación. Esto permitirá ser absorbidos por el cuerpo graso durante la digestión y, de esta manera, el control podrá producirse cuando los ácaros consumen el tejido con el acaricida.
Conclusión
Para sintetizar, el PROAPI recomienda realizar, y reforzar, los monitoreos según el ciclo de producción. Con esos datos se podrá implementar el tratamiento con acaricidas aprobados por el SENASA, que incluya un tratamiento a fin de la temporada productiva, tratando de sanear los últimos dos ciclos de cría, para evitar que los ácaros puedan dañar significativamente el cuerpo graso y esto repercuta en el desarrollo de las abejas de invierno.
Bibliografía consultada
- Requier Fabrice, Antúnez Karina Morales, Carolina L, Aldea Sánchez Patricia, Castilhos Dayson, Garrido Paula , Giacobino Agostina, Reynaldi Francisco , Rosso Londoño Juan Manuel, Santos Estela and Garibaldi Lucas A (2018) Trends in beekeeping and honey bee colony losses in Latin America, Journal of Apicultural Research, DOI: 10.1080/00218839.2018.1494919
- Ramsey Samuel, Ronald Ochoa, Gary Bauchan, Connor Gulbronson, Joseph D. Mowery, Allen Cohen, David Lim, Judith Joklik, Joseph M. Cicero, James D. Ellis, David Hawthorne, and Dennis vanEngelsdorp. (2019) Varroa destructor feeds primarily on honey bee fat body tissue and not hemolymph. www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1818371116
Referencias
Áreas geográficas alcanzadas
Argentina
Nota: Les opinions expressades per l'autor, no necessàriament coincideixen amb els punts de vista de la redacció AGA
A causa de la normativa vigent, els textos acotats han de ser en el llenguatge original annexant la font.
Si té dubtes o voleu més informació envieu-nos un mail a Aquesta adreça electrònica s'està protegint contra robots de correu brossa. Necessites JavaScript habilitat per veure-la.
Font: inta.gob.ar
Facebook: Apicultors Gironins Associats
Twitter: @AGA_Catalunya